Rencillas familiares, confesiones empresariales y ninguna falsa modestia: un retrato despiadado de la industria de la mano de la baronesa irreverente de la moda británica.
Hay diseñadores, como Karl Lagerfeld, que saludaban al final de sus desfiles con la ceremonia propia del momento. Otros, como Raf Simons, parecen sufrir cada uno de los tres segundos que se asoman a la pasarela. Y luego estaba Vivienne Westwood, que a veces aparecía en camilla de hospital, otras desplegando una pancarta de protesta por el cambio climático, bailando con sus modelos, de la mano de Pamela Anderson o con Tracey Emin. La diseñadora lo hizo todo a su manera desde que empezó como tendera del punk. Fue también la primera en dar la voz de alarma cuando aquel movimiento se convirtió en algo que no atacaba al establishment, sino que se convirtió en entretenimiento. Compartió su trayectoria en este documental en el que no perdió la oportunidad de contar verdades incómodas y de paso despellejó un poco a su ex, Malcolm McLaren.