Visibilidad y reivindicación de la diferencia para una realidad oculta durante muchos años. Cuatro hombres con una doble vida alejada de la mirada de sus familias.
Qué ocurre, se pregunta la sociedad, cuando un hombre se viste de mujer. ¿Se siente una mujer? Algunos responderán: es un travesti. Pero existe un término más considerado para designar esa realidad: el crossdressing. El crossdresser se expresa en el género contrario de su nacimiento, sin que ello esté relacionado con su identidad ni orientación sexual. Transita las fronteras de género de forma reversible, y solo pide libertad y dignidad para poder hacerlo. La temprana fascinación por lo femenino, los años de culpa y el miedo llevan a los protagonistas de este documental a mantener una doble vida. Un frágil equilibrio —el vínculo, el deseo, el matrimonio— que puede desmoronarse si comparten su secreto. El film, tan tierno como realista, propone liberarse de los prejuicios con una mirada respetuosa, empática y reflexiva. Como dice Mirna: «Nunca sabés qué vecino se calza la tanga y se pone los tacos.»